El concepto BIM (Building Information Modeling) lleva años en boca de todos los actores del reparto de la película conocida como edificación, más de diez en el marco de la obra civil, y alguno menos en el seno de la llamada industria 4.0.

Pero si escarbas someramente en el guion, rápidamente te das cuenta que solo unos pocos saben realmente qué es BIM, y de estos, apenas un puñado de actores lo han experimentado en trabajos reales. En España el BIM está por aterrizar.

En síntesis, BIM es una metodología de trabajo colaborativo, que naciendo o no en la fase de ejecución de un proyecto, permite vincular una base de datos única al modelo 3D que representa la actuación, al nivel de detalle deseado, con capacidad de interconexión con distintas funcionalidades prácticas tales como planificación de actividades, control de costes, análisis de interferencias, etc., de forma que cualquier cambio es actualizado en tiempo real tanto en la base de datos central como en el modelo 3D, quedando la información a disposición de poder ser explotada con un fin tan amplio como la mente pueda llegar a imaginar, a lo largo del ciclo de vida de dicha actuación.

Otro concepto en boga es el de “smart cities”. Dotación de redes wifi, eficiencia energética, digitalización, desarrollo de APPs a disposición del ciudadano para obtener un mejor servicio de la oferta pública, son algunas de las actuaciones que se enmarcan en este paradigma tan amplio.

Pero no se oye hablar tanto del papel del BIM en el desarrollo de las ciudades inteligentes. Y es precisamente el BIM, en íntima asociación con tecnologías tales como la realidad virtual y aumentada, una potente herramienta para erigirse como el núcleo central sobre el que vertebrar el resto de actuaciones que impliquen el diseño, construcción y explotación de una cuidad más inteligente, más avanzada.

El análisis se hace extensible de una forma especial a la gestión del espacio subterráneo. El gran desconocido de las ciudades, el entramado kilométrico de tuberías de abastecimiento, saneamiento, telecomunicaciones, electricidad, gas, etc. Disponer de una base de datos central, actualizada y actualizable en tiempo real, con un inventario físico virtual, fidedigno, en asociación con aplicaciones de realidad virtual y/o aumentada, supone un activo de magnitud inconmensurable para la futura explotación del ciclo de vida de las ciudades.

Sobre este pilar estratégico del BIM es posible crear un concepto de ciudad inteligente sólido, con empaque, con vocación de perdurabilidad en el tiempo, y sobre todo, con una elevada dosis de retorno de la inversión desde el punto de vista socioeconómico.

INGECID es una empresa que lleva desarrollando proyectos BIM desde su creación en el año 2009, tanto a nivel nacional como internacional, en campos de aplicación tan amplios como la edificación, la obra civil y el mundo nuclear.

En la página web corporativa de la empresa puedes consultar un resumen de los principales trabajos.